viernes, 3 de mayo de 2013

Virus de la Policía





A pesar de que no es tan famoso ni ha tenido tanto relumbrón como el conocido “I love you” quizá este virus informático es el que más nos ha llamado la atención, más creíble nos ha sondado y más hemos sufrido por cercanía geográfica durante los últimos meses.

El Instituto Nacional de Tecnologías de la Comunicación (INTECO), sociedad dependiente del Ministerio de Industria del Gobierno español para el desarrollo de la ciberseguridad y de la confianza digital de ciudadanos y empresas, alertó sobre la existencia de este virus en noviembre de 2011. Hoy vuelve a estar de actualidad puesto que hace solamente un día, el pasado jueves, la policía advirtió de dos nuevas oleadas del virus que suplanta la identidad de la policía nacional.

El también conocido  como “virus de la notificación” es un malware del tipo troyano, es decir, una vez dentro del equipo abre todas las puertas para que el atacante pueda tomar el control del sistema.
El modus operandi de este virus comienza cuando de repente en la pantalla de nuestro ordenador salta un mensaje que puede ser bien de la policía, bien de la Sociedad General de Autores (SGAE) que impide el funcionamiento del sistema, lo bloquea,  reclamando para liberarlo 100 euros como compensación económica por, bien en primer lugar, acceso a pornografía infantil o en segundo lugar, descargas ilegales a través de internet. Normalmente sucede cuando accedemos a determinadas páginas de internet o por descarga de contenidos.


El señalado anteriormente es el caso más famoso por la espectacularidad de su método en el que deja  totalmente bloqueado el ordenador pero existe otra variante de este virus mucho más sofisticado a la par que peligroso. El estilo de difusión de este virus se da mediante el envío de spam, el cual simula una citación de la audiencia para comparecer por “un asunto de interés” sin dar más datos. La curiosidad juega un papel determinante a la hora de ser estafados pues este mail insta al usuario a conocer más descargándose un keylogger bajo el nombre “notificación.scr.” La confianza que da la cuenta desde la que se envía el primer correo electrónico, una suplantación de la cuenta oficial de la policía llamada “policía@policia”, nos lleva a descargarlo permitiendo que el atacante pueda rastrear el navegador en busca de páginas visitadas de entidades bancarias robando las claves necesarias para posteriormente tener acceso a las cuentas de crédito.

La empresa de producción de antivirus Panda, realizó en el 2012 un informe sobre este virus determinando que el caso español no es el único que se ha dado en Europa, si no que se ha extendido por el resto de países del continente, variando en lenguas e imitación de las páginas de los cuerpos de seguridad nacionales. Así, el informe señala como afectados por este ataque informático a Alemania, Italia, Holanda, España e Inglaterra. Los creadores de este informe piensan que se puede tratar de la misma red de ciberdelincuentes.

En el caso español la Policía Nacional fue alertada del nuevo brote de este tipo de virus gracias a la colaboración de tuiteros que lo advirtieron poniéndose en contacto con la cuenta de @policía en la red social Twitter. La policía advierte que si se recibe algún correo de este tipo lo mejor es borrarlo inmediatamente y proceder a un rastreo de antivirus en el ordenador por su el equipo hubiera podido quedar afectado. También indica que nunca solicita el pago de multas ni el de ningún tipo de comparecencia a través de correo electrónico.

Tanto se ha extendido este virus y tan conocido es por los usuarios de internet que es fácil encontrar tutoriales en Youtube para la eliminación del virus en los ordenadores. U ejemplo de ello es este vídeo de a continuación:


En definitiva un método sofisticado de engaño, en el que se suplanta la identidad de cuerpos oficiales, que nos invita a actuar con cautela y racionalidad.
                                                                                                             

                                                                                  Alejandro Galisteo Domingo